En el corazón de los bosques más antiguos del centro de Francia, compuestos en su mayoría por robles centenarios, se encuentra el punto de partida de nuestra cadena de calidad. Según la evolución del dominio forestal, solo la Oficina Nacional de Bosques determina los lotes que se ponen a la venta cada año, seleccionados en pie por un pequeño grupo de fabricantes de madera.
Nuestros socios se basan en la calidad y el reconocimiento del valor añadido de cada uno de nuestros fabricantes de madera. Expresamos una necesidad clara y específica gracias a un pliego de condiciones preciso y exhaustivo sobre las piezas de madera, llamadas duelas, que se utilizan en la fabricación de nuestras barricas.
Atención
al material
La atención especial que se da a la materia es determinante en la regularidad de nuestra producción y en el respeto por el vino y el viticultor.
Las duelas pasan por numerosos controles, desde su elección por nuestros proveedores hasta su entrada en nuestros talleres, pasando por la fase de secado.
El secado natural
de la madera
En un proceso donde cada gesto y cada decisión son fruto de años de experiencia, intercambios y compartir, una parte aún se deja al azar. Para preservar hasta el final esta noble materia prima y mantenerse en simbiosis con la naturaleza que la confía a nuestro cuidado, desarrollamos una cultura y un método de secado de las duelas que deja libre curso a la obra del tiempo (de 16 a 24 meses) y al buen querer de los elementos.
Los
preparadores de madera
Nuestro equipo de preparación de la madera juega un papel crucial y determinante en nuestro proceso de producción. Son los garantes de la calidad de la materia prima, pero también de su maximización, dado que el recurso se vuelve cada vez más escaso y valioso. Su «ojo», sus amplios conocimientos y su profunda comprensión del roble minimizan el riesgo de defectos intrínsecos de la barrica.
La naturaleza es respetada prestando la mayor atención.